Temas destacados en el sector
En 2023, el sector energético se caracterizará por la descentralización, la digitalización, la flexibilidad de la demanda, la mayor sostenibilidad de la producción de electricidad y la liberalización en curso del mercado, tendencias claves que darán forma a la industria e impulsarán la transformación.
De hecho, 2022 marcó profundamente el sector energético, especialmente tras la crisis provocada por el conflicto entre Rusia y Ucrania y el consiguiente aumento de los precios, que supuso un nuevo impulso para el desarrollo de las energías renovables.
Si queremos que el futuro sea más sostenible, las empresas y los particulares deberán reducir de manera específica las emisiones de CO2. Sin ir más lejos, un uso más consciente y sostenible de la energía es un paso fundamental para la transformación energética: los operadores energéticos desempeñan un papel crucial para promover la adopción generalizada de fuentes de energía renovables y facilitar la implantación de procesos y tecnologías que maximicen el potencial de las fuentes alternativas y los modelos innovadores de distribución de energía.
La gestión de un modelo energético complejo, que implica distintos niveles de demanda y suministro de energía, requiere una gestión digital eficaz. Sin embargo, el sector de los servicios públicos se enfrenta a un doble reto: por un lado, impulsar la digitalización de las redes manteniéndose al ritmo de la evolución del panorama energético; por otro, mejorar la infraestructura existente para prestar el apoyo necesario para la transformación digital.
El sector se enfrenta, por tanto, a un periodo crítico de transición, que en 2023 será aún más acuciante.
La digitalización puede ser también una clave de éxito en contextos en los que sea necesario saber renovar los modelos de servicio a pesar de no contar con infraestructuras punteras.